ENTRE LAS NUEVE y las diez de la mañana, cuando las heladas dejan el campo más blanco que unas sábanas, se reúnen en Baio José Senande, Manuel Fernández Lema, Gumersindo Vidal, Maximino Martínez y José García. Todos los días, a la misma hora, tienen una cita con esas praderas blancas matutinas con el objetivo de clasificar terrenos, ya que forman parte de la junta vecinal de clasificación de terrenos de Baio y Fornelos.
Esta cita van a tener que repetirla durante dos o tres semanas más, si todo va según lo previsto. Todos esperan que la concentración esté finalizada pronto y no se «eternice». Gumersindo Vidal, por ejemplo, espera poder ver terminada esta reparcelación antes del final de sus días. El buen humor no les hace perder el ánimo.
Francisco Blanco y José Luis Martínez son los técnicos de Esproagro, que es la empresa que se encarga de redactar las bases provisionales de la concentración parcelaria de Baio y Fornelos. Los dos se muestran más optimistas y creen que en un año podría estar acabada del todo.
«Soy un amante de la verdad, de mi pueblo y de mis antepasados»
La jardinería, la numismática y la filatelia son sus aficiones. De entre todo eso ha tenido tiempo, además, para realizar un libro sobre la historia de su familia, titulado Ancestros y vivencias. Para escribirlo recurrió a bibliografías y también a lo que le contaban sus familiares. A pesar de todo no se considera un escritor.
?¿Cómo se define?
?Es muy difícil. Yo soy una persona muy amante de la verdad, de mi pueblo y de mis antepasados.
?¿Usó bibliografías o se basó en lo que le contaban?
?Recurrí a ambas cosas. En primer lugar me basé en mi padre y muchas historias son orales, pero yo recorrí el Archivo Histórico del Reino de Galicia, fui a dieciocho parroquias y también a muchas casas de mis paisanos. Hace 18 o 20 años que llevo haciendo esto. Pero yo no pretendía hacer un libro, sólo quería guardarlas para mis hijos y mis nietos que viven en Madrid y que no se podían ni imaginar lo que yo había vivido aquí.
El libro tiene 190 páginas. Son hechos reales y por eso es algo para la familia y los amigos. Ramón afirma que «no está a la venta, es algo totalmente particular».
?¿Qué cuenta en el libro?
?Hay una historia en la familia muy desgraciada que fue la del vinculeiro. Este hombre lo jugó todo, lo perdió y sus hijos tuvieron que pedir. Mi abuelo, en concreto, no pudo ir ni a la escuela. El libro intenta relatar las costumbres de antes, muchas de ellas desaparecidas. Por ejemplo, aquello del aire, de la sombra, como se dice Carballo. También lo que se comía y cómo se trabajaba o se sembraba. Es un compendio de lo que yo recuerdo de Fornelos.
Eran tiempos difíciles.
?Además analiza otras genealogías de Baio. ¿Le ilusionaría descubrir algo?
?Sí, me gustaría hacer un estudio muy amplio sobre dónde se originaron los nombres, número de madres solteras o de qué enfermedades morían porque el índice de mortandad era terrorífico, ya que en Baio el siglo pasado era del 43%.
